¡No nos olvidemos de anunciar!

La iglesia cristiana tiene un rol profético que se define por su capacidad de denunciar y anunciar. La iglesia debe ser libre para denunciar la injusticia y todo aquello que se opone a los valores del reino de Dios, pero a la vez, y como condición necesaria, también debe anunciar. El anuncio de la iglesia son las buenas nuevas de salvación. El anuncio debe siempre acompañar la denuncia. El profeta Miqueas es un buen ejemplo de esto.

El carácter profético de la iglesia se perfecciona en la revelación bíblica, y al denunciar y anunciar, quiere hacer renacer la esperanza pues un futuro de intimidad con Dios es siempre posible. Miqueas 7.9 dice “Entonces me sacará a la luz y gozaré de su salvación.”

De misas y cultos

En un país católico como el nuestro, es muy común escuchar hablar de “misa” al referirse a nuestros cultos. Escuchamos que “la misa estuvo buenísisma”, “que la misa fue muy larga”, o que “venir a misa les hace bien”.

Nuestra respuesta, como cristianos evangélicos, es siempre la misma: ¡no se dice misa! ¿Pero acaso sabemos realmente porqué decimos esto? La respuesta es muy interesante.

Un sueño para mí

“El protestantismo es un sueño para mí.
Lo amo porque cuando soy poseído por sus símbolos,
siento que mi cuerpo se hace más ligero y casi vuela.
Amo el recelo calvinista hacia todas las formas de idolatría.
Amo el cuidado calvinista por la creación de Dios.
Amo, además, la belleza de la soledad profética …
Si el protestantismo aún es joven.
Si aún tiene el poder de seducir.
Si es tan fuerte como para poseer cuerpos y hacerlos bailar, volar y luchar.
Todo depende de su poder para hacer que otras religiones y tradiciones sueñen.
Tal vez no se conviertan al protestantismo, pero es seguro que se volverán más ligeras”.

por Rubem Alves (Teólogo brasilero, 1933- , citado por D. Riorda en Prensa Ecuménica 27/03/09)

Notas históricas sobre la teología de los presbiterianos

Los presbiterianos reconocemos en Juan Calvino (1509-1564) al hombre que logró promover una verdadera teología de la palabra de Dios, ya que según el reformador ginebrino, únicamente en la Biblia, y a través de la operación del Espíritu Santo, encontramos el verdadero conocimiento de Dios. Asimismo, sólo cuando tomamos conciencia y nos enfrentamos ante la suprema majestad y santidad de Dios, es que somos capaces de reconocer quienes realmente somos.

Presbiterianismo primigenio

Los mártires Patrick Hamilton (1504-1528) y George Wishart (1513-1546) marcaron el comienzo del protestantismo en Escocia, al promover las doctrinas de Martín Lutero (1483-1546) entre un pueblo sufriente disconforme con la iglesia romana, corrupta y sin posibilidades reales de recuperación.

La “nueva religión”, como así la llamaban, atrajo el interés de los nobles, quienes en 1557 convinieron en sellar un pacto para defender a los protestantes de los ataques de la iglesia romana. Tras esta declaración histórica, y en medio de un vacio de poder, comenzó a predicar la reforma Juan Knox (1510-1572), quien recién llegado de Ginebra trajo consigo la semilla del “orden presbiteriano” expresado en la Institución de la Religión Cristiana de su maestro Juan Calvino (1509-1564). Knox predicó con tanta fuerza y vehemencia, que el pueblo se rebeló y presionó al Parlamento escocés a adoptar la “nueva religión” como religión oficial en 1560. Este fue el comienzo de nuestra iglesia presbiteriana.