450º Aniversario de la Reforma Escocesa

Este año se celebró el 450º aniversario del establecimiento de la reforma protestante en Escocia. Fue el 17 de agosto de 1560 que el Parlamento escocés aprobó la redacción de una Confesión de Fe para su iglesia, marcando así el establecimiento formal del presbiterianismo en Escocia. Esta reforma no solo marcó un cambio en lo religioso, sino que disparó una verdadera revolución política, social, cultural y educacional.

La historia comienza a principios del siglo XVI, cuando las ideas luteranas comienzan a arribar a Escocia. Surge así un incipiente movimiento reformador, cuyas figuras más importantes fueron Patrick Hamilton (1504-1528) y George Wishart (1513-1546).

Fue la ejecución de George Wishart de manos del odiado cardenal Beaton la que derivó en una revuelta popular sin precedentes. Entre los rebeldes, estaba el joven pastor Juan Knox. Los rebeldes fueron eventualmente derrotados por una escuadra francesa, que obligó a Juan Knox a trabajar en los galeones y luego lo llevó al exilio. Durante el exilio, Knox pudo estudiar y servir en la iglesia reformada de Ginebra, bajo el maestro Juan Calvino.

Es así que para 1559 Escocia era un país ocupado militarmente por Francia y gobernado por la regente católica María de Guisa. Ante la perspectiva del establecimiento de una una nueva provincia francesa al norte, los ingleses, ahora gobernados por la reina protestante Isabel I, comenzaron a apoyar el movimiento reformador escocés.

Ante las presiones de los protestantes, Maria de Guisa los llamó a que se presentaran en la ciudad de Sterling. Allí fueron los representantes de la nobleza y Juan Knox, quienes en medio de disturbios y revueltas, lograron que la regente se retirara derrotada. María de Guisa falleció inesperadamente en junio de 1560, y tras arduas negociaciones (con la intervención de Francia e Inglaterra) su hija María, ahora Reina de Escocia, dejó a los nobles escoceses en libertad para llamar a un Parlamento. El poder quedaba finalmente en manos de los Protestantes.

Este nuevo Parlamento pasó legislación aboliendo la antigua fe, reemplazándola por la nueva fe. La jurisdicción en Escocia del Papa cesó, y la celebración de la misa fue prohibida. La redacción de una Confesión de Fe y un libro de disciplina para la nueva iglesia fue solicitada a un grupo de eruditos, entre ellos, Juan Knox. Estos documentos sentaron las bases para el resurgimiento de Escocia, sobre las bases de nuevos valores, justicia social, y muy especialmente, sobre el establecimiento de un sistema educativo gratuito y universal. Todo esto ayudó a moldear el carácter del pueblo escocés y especialmente, el de su iglesia.

Sin lugar a dudas, la reforma escocesa forma parte de nuestra historia y de nuestro carácter, y ésta es la herencia que hoy celebramos, dando gracias a Dios por aquellos hombres y mujeres, muchos de ellos mártires, que lucharon por la pureza del Evangelio y el señorío único de Jesucristo. Ellos son y seguirán siendo ejemplo para todos nosotros.

Autor: M.Scharenberg (publicado en revista IPSA 06/2010)

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